Don Nicolás Bravo fué uno de los caudillos en la segunda etapa de la guerra de independencia. Nació en Chilpancingo, Guerrero.
Su carrera militar empezó cuando se incorporó a las fuerzas de Galeana. Se cuenta de él un episodio que lo destaca como un hombre de gran moral y valor: Tenía en su poder 300 prisioneros españoles cuando supo que don Leonardo Bravo, su padre, había sido ejecutado en la Ciudad de México. Bravo dispuso primero que, en represalia, fueran ejecutados los prisioneros; pero, horrorizado de haber dato tal orden, puso en completa libertad a los prisioneros, quienes se unieron a sus fuerzas, admirando su generosidad y grandeza de alma.
Bravo fué el primer Vicepresidente de la República, cuando Guadalupe Victoria fué electo Presidente. Ocupó la Presidencia de la República interinamente en varias ocasiones.
Durante la intervención americana de 1847, don Nicolás Bravo era el general en jefe de las tropas que defendieron el Castillo de Chapultepec que cayo en poder del invasor.
Murió en el lugar de su nacimiento el 22 de abril de 1854.